“La vida consagrada debería llamarse también la vida de la esperanza para el mundo”

El pasado domingo 1 de febrero se celebró en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, más conocida como Santa Teresita en el barrio Teusaquillo en Bogotá, la…
Monseñor Carlos López Ramírez, Vicario Episcopal en la Vicaría Cristo Sacerdote, al iniciar la celebración eucarística dio un cordial saludo a las comunidades religiosas participantes donde las invitó a “Servir al Señor sin distracciones” y con gran alegría expresó “Vamos detrás del Señor Jesús, que alegría estar aquí reunidos, los hermanos de la comunidad, de vocación, de vida religiosa, de un mismo destino nuestro Señor Jesús”.
En su homilía se refirió al Evangelio de San Marcos cuando entra Jesús en la sinagoga y provoca en todos un sentimiento de grandeza, este habla con autoridad, compromete su propio ser, su propia vida: “No manda a otros sino que invita a dar la vida para salvar a los demás”. Habló de la autoridad de Jesús, de ser Hijo de Dios, que consiste en entregar su vida, en servir y en hacer vida la oración.
Así les explicó a los religiosos y religiosas, que también tienen esta autoridad que les viene de Jesús “ustedes caminan con autoridad, les viene del carisma, deben ir a las fuentes, porque de lo contrario pueden perder el rumbo y oscurecer la vida, hacer memoria del fundador o fundadora que pusieron su mirada y corazón en el Señor”.
Sobre los fundadores de las comunidades religiosas, comentó que ellos “no se confundieron, no se perdieron, no quedaron en la oscuridad, sabía que estaban proponiendo de trabajar por los más pobres y necesitados”.
También reflexionó sobre un Dios que es capaz de todo, como el caso de liberar el endemoniado “Jesús con su autoridad, cura y saca el demonio” –citando el evangelio- hizo la comparación que así mismo, las comunidades religiosas tienen el desafío de sacar el mal desde las situaciones difíciles como las drogas, los ritos satánicos, la violencia, los atracos, el irrespeto a la vida.
De lo anterior, para monseñor Carlos López “La vida consagrada debería llamarse también la vida de la esperanza para el mundo”. La cruz, es un signo externamente de la autoridad, tocando el Evangelio en lo más entrañable al identificarlo con la vida del Señor.
Posteriormente, hizo un llamado a las comunidades religiosas: “Más allá de elevar a las alturas en sus comunidades un santo, lo que necesitan es descubrir en su carisma la persona vital de Jesucristo: en el trabajo con los presos, leprosos, desposeídos, en ese carisma que a veces el mundo no comprende”.
Lo que da la autoridad a la vida de ustedes es su trabajo sin esperar nada a cambio, “como el caso de la religiosa que cuida al enfermo sin pedir un centavo, esa es la esperanza”.
Escuche el audio donde monseñor, en su homilía, les da un mensaje de gratitud y petición a los de vida consagrada en la arquidiócesis de Bogotá, además de referirse a su consejo vicarial donde ha incluído al Padre Rubén Darío O.C.D., como representante de la vida religiosa:
Al finalizar, encomendó la vida consagrada a la Virgen María “Que la Virgen que es Madre, nos siga amando con ternura, que podamos descubrir el valor de nuestro carisma y autoridad de nuestra misión”.
A continuación, aprovechando esta fiesta de la vida consagrada, estuvimos con dos representantes de comunidades religiosas que nos compartieron su testimonio en este día y también para la campaña de Dar a Luz:
Participante: Hna. Adela Jimenez
Adela Jiménez pertenece a la Comunidad Trinitaria de las Hijas de Dios, su sede principal está en Villavicencio, actualmente están ubicadas en Galerías – Bogotá. El Señor Jesús ha sido la luz de su vida desde pequeña, es la luz para su comunidad al trabajar desde la infancia hasta la tercera edad, escuchemos:
Participante: Pbro.Hernán Sevillano
Hernán Sevillano Castillo, de la Orden de Carmelitas Descalzos, Presbítero trabaja en la Parroquia Nuestra Señora como Vicario. Nos cuenta cómo Jesús ha dado luz a su vida, cuando le hizo el llamado “te necesito para que seas mi testigo” y nos da su mensaje de ser luz para los demás desde la espiritualidad del carmelo, escuchemos:
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