Que Dios me dé la gracia de seguir sirviéndole

Siendo adolescente, a los 14 años, el padre Heldirbrando Cuéllar empezó a sentir en su corazón el llamado del Señor para ser sacerdote, sin embargo, terminado su…
Proviene de una familia católica, su padre, que ya descansa en la Casa del Padre, fue poco practicante, contrario a su madre -quien falleció también hace pocos meses-, quien con su abuela le enseñaron a conocer a Dios y a orar.
Pero, definitivamente quien marcaría esa decisión por el sacerdocio fue el ejemplo y testimonio de vida del padre Alberto Reyes Fonseca Q.E.P.D. quien también fue su padrino de confirmación.
Servirle a Dios no es fácil
El padre Heldirbrando Cuéllar Amézquita nació en Bogotá en el año 1961, tiene 58 años y fue ordenado a los 33 años, el 26 de noviembre de 1994 por el cardenal Mario Revollo Bravo.
“Servirle a Dios no es fácil, Él exige más de lo que uno puede estar dispuesto dar, me ha enseñado en todos estos 25 años de sacerdocio y siempre he sentido que es mi gran amor y estoy dispuesto a todo por mi vocación”, afirma el padre Cuéllar.
Experimentar la fraternidad sacerdotal, conocer cinco parroquias y sus comunidades han forjado su vida presbiteral en estos años de servicio a la Iglesia, ya que ha sido párroco en El Divino Rostro, San Bernardo, Santa Lucía, San Justino Mártir y Santa Catalina Labouré.
También ha sido capellán en el colegio Interparroquial Santo Cura de Ars y, actualmente, en Nuestra Señora de la Presentación. Vicario parroquial en tres ocasiones, arcipreste y miembro del consejo Presbiteral.
“Ojalá que Dios me dé la Gracia de seguir sirviéndolo, siendo fiel y dando cada vez lo mejor de mí”. Manifesta. A continuación, entrevista con el padre Heldirbrando Cuéllar Amézquita en sus 25 años de sacerdocio:
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