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Esto es lo que encuentra en el recorrido de patrimonio religioso

27 de marzo de 2018
Esto es lo que encuentra en el recorrido de patrimonio religioso

Si usted llega al aeropuerto El Dorado lo primero que encontrará será una exposición de fotografía de arquitectura religiosa. Esto será el abrebocas de un universo…

Con motivo de la Semana Santa, el Instituto Distrital de Turismo (IDT) y el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) organizan actividades para que ciudadanos y turistas conozcan los tesoros religiosos.

Hasta el martes 3 de abril, el aeropuerto El Dorado, en alianza con el IDPC, alojará la exposición itinerante ‘Arquitectura sublime’. La muestra, ubicada en la entrada 4 del primer piso, reúne fotografías de los principales atractivos de la fe católica bogotana. Con esta intervención, el IDPC anima a los espectadores a visitarlos durante la Semana Mayor.

Para apoyarlos, el Instituto Distrital de Turismo dispuso un recorrido de patrimonio religioso por algunas iglesias del centro. La actividad es gratuita y  se realiza todos los días a las 10 a. m. y a las 2 p. m. Los interesados pueden inscribirse llamando al 01-8000-127400 o acercándose al Punto de Información Turística (PIT) en la carrera 8.ª n.° 9-83. EL TIEMPO asistió a una de estas actividades.

Así se vive

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Alrededor de 45 personas se inscriben diariamente a los dos recorridos organizados por el Instituto Distrital de Turismo.

Foto: 

Carlos Ortega / El Tiempo

Unas 30 personas se reúnen en la esquina señalada por el IDT, esperan comenzar la marcha. Johanna Jiménez, guía turística profesional, lidera la visita en español. “A diario se inscriben 45 participantes, sobre todo adultos y adultos mayores. Tienen bastante interés por conocer la capital”, cuenta Johanna. La actividad programa el paso por diez iglesias del centro histórico y la entrada a tres: la catedral Primada, la iglesia de San Agustín y el santuario Nuestra Señora del Carmen.

La Catedral

Para este edificio, la cuarta fue la vencida. La catedral actual es la estructura número cuatro que se construye sobre el mismo terreno, después de que sus antecesoras se cayeran durante el siglo XVI.

Para llamar la atención de sus invitados en esta primera parada, Johanna Jiménez enumera los atractivos del templo: un órgano de 1890, la tumba de Gonzalo Jiménez de Quesada, fragmentos del cráneo de Santa Isabel de Hungría e intervenciones artísticas del padre Santiago Páramo, uno de los pintores más importantes del siglo XIX.

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La tumba de Gonzalo Jiménez de Quesada, conquistador español y fundador de Bogotá, es uno de los principales atractivos turísticos de este templo.

Foto:  Carlos Ortega / El Tiempo
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La Catedral Primada, de estilo neoclásico, fue construida entre 1807 y 1823 por Fray Domingo de Petrés.

Foto:  Carlos Ortega / El Tiempo
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Al interior de la Catedral, hay 15 capillas que contienen diversas reliquias.

Foto:  Carlos Ortega / El Tiempo
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La tumba de Gonzalo Jiménez de Quesada, conquistador español y fundador de Bogotá, es uno de los principales atractivos turísticos de este templo.

Foto:  Carlos Ortega / El Tiempo

Anexa a la catedral, se ubica la capilla del Sagrario. José Gerardo Cota, arquitecto mexicano que visita el Distrito, llama la atención sobre los motivos indígenas que decoran la base de las columnas. Este detalle, que escapa a los ojos de muchos, evidencia cómo se incorporó la iconografía aborigen al arte religioso y cómo se desarrolló la evangelización en lo que fue Santafé de Bogotá.

“Aquí le dan mucho valor a su patrimonio religioso. Comprendieron que es la historia de su gente”, apunta el mexicano.

La travesía continúa por la carrera 8.ª, pasando por la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción y el museo Santa Clara.

Iglesia de San Agustín

Cuando los turistas escuchan que los restos de Policarpa Salavarrieta, la heroína de la independencia de Colombia, descansan en este templo de fachada sencilla (detrás del palacio de Nariño), corren a su interior. Esta edificación de la Orden de San Agustín fue levantada entre 1637 y 1668. 

Su bóveda llama la atención por sus terminados en madera. El proceso de restauración comenzó en 1980 y estuvo a cargo del arquitecto Germán Téllez, que además trabajó en la recuperación de la iglesia San Ignacio. 

Manuela Antón, turista española, comparte su opinión con el grupo. Hasta ahora, le han llamado la atención los detalles del arte colonial. “No había estado aquí en Semana Santa. Me gustaron mucho los frentes sencillos y los interiores sorprendentes”, comenta. Manuela ha viajado por el mundo con su esposo, Fernando Pardillo. Juntos comentan que Bogotá es su segundo referente de arte religioso, después de México.

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Así es el interior de esta Iglesia de la Orden de los Agustinos

Foto: Carlos Ortega / El Tiempo

Santuario Nuestra Señora del Carmen

Un santuario se levanta entre las casas opacas de la carrera 5.ª con calle 8.ª. Su fachada, cruzada por franjas rojas y blancas, le ha dado apodos populares como ‘la iglesia de caramelo’ y ‘la iglesia empijamada’. 

“Este templo ilustra la arquitectura de la época republicana: la exageración, el escepticismo, el deseo de cambiar el modelo de la colonia”, dice con emoción Mauricio Uribe, director del Instituto Distrital de Patrimonio, al confesar que esta es una de sus estructuras favoritas. 

Nuestra Señora del Carmen es uno de los primeros lugares santos de estilo republicano del centro histórico. Es, también, un exponente de la arquitectura ecléctica, caracterizada por combinar diferentes estéticas y épocas en una misma obra.

Al entrar, los visitantes dejan escapar un suspiro de asombro. Un interior azul formado por tres naves, iluminado por vitrales importados desde Alemania, es todo un espectáculo de colores y de formas poco usual en la capital. 

Además, este es uno de los edificios religiosos más recientes de la zona. Su construcción fue dirigida por el italiano Giovanni Buscaglione entre 1926 y 1938.

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La particularidad de los colores de su fachada le han dado apodos como 'la iglesia de caramelo' o 'la iglesia empijamada'.

Foto: Carlos Ortega / El Tiempo
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El Santuario Nuestra Señora del Carmen está consagrada a la Virgen del Carmen, una de las advocaciones más populares en Colombia.

Foto:  Carlos Ortega / El Tiempo
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Su cúpula octogonal está decorada con motivos florales.

Foto:  Carlos Ortega / El Tiempo
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Los vitrales fueron importados desde Alemania. Al igual que los rosetones del interior, que son propios de Francia.

Foto:  Carlos Ortega / El Tiempo
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Arcos como estos revelan el estilo arabesco que se suma a la mezcla arquitectónica de esta Iglesia.

Foto:  Carlos Ortega / El Tiempo
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La guía pide apurar el paso, dos horas se pasan volando y espera poder cubrir todas las paradas programadas. Rápidamente da una explicación sobre la iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, la de San Francisco y la de La Tercera Orden.

Y, al final, despide a todos con una petición: que visiten los 16 templos coloniales ubicados en el centro histórico.

Nunca es suficiente

Bogotá cuenta con unos 900 edificios católicos, de los cuales 250, aproximadamente, son de interés patrimonial. Y entre los números está la diversidad. Hay desde templos dominados por el estilo barroco hasta otras modernas con los más recientes diseños de bóvedas y vitrales.

“Aquí, la arquitectura es cambiante porque es una ciudad histórica y gigantesca. Las dinámicas han permitido que combine todos los estilos y épocas”, explica el director del Instituto de Patrimonio. 

Él, junto a la entidad que dirige y la Fundación Amigos de Bogotá, lanzó en el 2017 la segunda edición del libro Arquitectura sublime: el patrimonio religioso de Bogotá.Allí reunió una selección de las estructuras de carácter espiritual más importantes. Entre ellos, hay 20 iglesias coloniales, 22 republicanas y 26 modernas. Además incluye las manifestaciones arquitectónicas de este estilo que se presentan en colegios, universidades, conventos y cementerios. 

Para Mauricio Uribe vale la pena dedicar tiempo, no solo esta Semana Santa sino todos los días del año a conocer este tesoro, disperso por toda la zona urbana: “El patrimonio cultural y artístico siempre es un descubrimiento. En una ciudad caótica y compleja como esta, vale la pena encontrar algo de paz en la arquitectura sublime”.

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