La muerte de Sarah, cinco años de un aborto fallido

Sarah Elizabeth Brown sobrevivió a un intento de aborto a las 36 semanas de gestación realizada por el Dr. George Tiller en su clínica de la Salud Cuidado de Wichita de…
Sin haber aún “perfeccionado” su método para el aborto, el famoso empresario abortista George Tiller -uno de los pocos proveedores de abortos tardíos en Estados Unidos, asesinado en el año 2009- “inyectó con cloruro de potasio la cabeza de la bebé en dos lugares, el lado izquierdo de la frente sobre las cejas y la base del cráneo, dejando marcas permanentes de quemaduras y varias cicatrices”.
Cuando la joven madre volvió al día siguiente para terminar el procedimiento del aborto, se dieron cuenta que la bebé no había muerto a causa de las inyecciones que recibió en la cabeza. La madre fue enviada a un hospital local donde nació la niña, la envolvieron en una sábana y la dejaron abandonada en una cuna para que muriera por los efectos de los químicos.
Sorprendentemente, 24 horas después la bebé se mantuvo con vida pese a que no había sido limpiada, su cordón umbilical aún estaba adherido a su vientre y no había recibido hidratación ni alimentos.
Una enfermera se compadeció de la niña, contactó a un abogado y la entregó a una familia que finalmente la adoptó y le puso por nombre Sarah.
Bill y Mary Kay y sus siete hijos acogieron a Sarah en su casa, la adoptaron y la amaron hasta el día que ella murió de insuficiencia renal, a los cinco años. Si ella hubiera recibido atención durante ese período de 24 horas, algunos de los efectos del daño cerebral podrían haberse reducido.
El cloruro de potasio destruyó la parte izquierda del cerebro de Sarah dejándola ciega, incapaz de caminar y totalmente dependiente de el amor y el cuidado de los demás. Ella requirió de 15 tipos diferentes de medicamentos, dos y tres veces al día, para reemplazar sintéticamente lo que se había destruido. Bill y Mary Kay se turnaban, incluso a través de la noche, el reposicionamiento de Sarah en su cama para que ella no tuviera dolores por su permanencia en cama. Ella requierió además de un monitor de apnea y una máquina de corazón y pulmón para grabar sus niveles de oxígeno. Debido a los daños a su cerebro se deterioró su crecimiento físico. A los cinco años pesaba 25 libras y era del tamaño de un niño de dos años.
Según Mary Kay, Sarah nunca fue vista como una carga para ningún miembro de su familia. Lo que con otros siete hijos y la ayuda de los miembros de la familia hacian era mantener siempre a alguien cerca para activar su parte celebrar, hablar o tocar Sarah.
El hermano de Mary Kay resumió los sentimientos de la familia en el funeral cuando declaró que George Tiller había logrado matar a Sarah, que sólo le tomó cinco años para hacerlo.
Apesar de las criticas recibidas por la adopción de Sarah y por la prolongación de su pequeña vida, Billy y Mary no dudarón en brindar amor y protección a una pequeña que fue desprotegida por su propia familia.
“Esta trágica historia ilustra no solo la depravación de un hombre que pudo matar a una niña inocente de una manera bárbara, sino que también es un testimonio de lo preciosa que es cada vida humana”.
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