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Las Familias Guadalupanas Eucarísticas

11 de diciembre de 2015

Las Familias Guadalupanas Eucarísticas se formaron a partir de un retiro de parejas que se realizó del 7 al 9 de octubre de 2005 en los Ermitaños Eucarísticos del Padre…

Su misión como Familias Guadalupanas es aceptar la invitación del Santo Padre que las alienta a que la familia cristiana halla el fundamento y el alma de su comunión y su misión en el don eucarístico de la caridad.

Éstas parejas tuvieron un encuentro personal con Cristo y decidieron renunciar a la vida de pecado y del mundo en la que se encontraban sumergidos. A partir de ese momento, una vez finalizado el retiro, ellas con la gracia de María Santísima, comenzaron a reunirse cada 15 días para el rezo del Santo Rosario en familia.

Hoy en día se reúnen cada 8 días, para el rezo del Santo Rosario, meditación de la Palabra de Dios y formación en temas importantes de familia, del matrimonio, de la vida y de la Iglesia. Una vez al mes se reúnen en la Casa Emanuel con la compañía de las Hermanas Guadalupanas Eucarísticas para reforzar su formación y enriquecerse en la espiritualidad Eucarístico - Mariana.

Las Familias Guadalupanas Eucarísticas son todas aquellas que buscando respuesta satisfactoria, sincera y eficaz a los problemas diarios, serios y graves por los que atraviesa su vida personal, matrimonial y familiar quieren beber de la espiritualidad "Eucarístico Mariana"; con el deseo de llegar a ser matrimonios y familias que desde una intensa vida de oración, y alimentada por los sacramentos, reciban la gracia de ser curados de las heridas del individualismo y egoísmo, que la cultura de la muerte les ha dejado, para acoger y vivir el proyecto de Dios sobre ellas.

Así, redescubriendo y discerniendo la propia vocación, en todas las circunstancias ordinarias del diario vivir conyugal, familiar, laboral, fraterno y social sea ocasión de encuentro con Dios para llevar unas relaciones interpersonales ricas en servicio a los demás, justicia y amor; contribuyendo de este modo a la mejora de la sociedad, sembrando la "civilización del amor".

Las Familias Guadalupanas están presentes en Bucaramanga, Girón, Piedecuesta, San Gil, España y USA.

Compromisos de las Familias Guadalupanas

  • Se da inicio haciendo la consagración a María de San Luis Grignon de Montfort, de esta manera acogeremos a María en casa. (San Juan 19, 26-27)
  • Entronizar a María en un lugar de la casa “altarcito”: con la Biblia, un Crucifijo, el rosario y cualquier otro libro u objeto de piedad. De modo que exista un lugar visible que se constituya en centro de la vida de oración familiar.
  • Hacer del Hogar una “Casita Sagrada”, un templo donde mora Dios, cuya habitación principal es la matrimonial, lugar donde se derrama el Espíritu Santo  como fuente de amor, que corre por medio del padre y la madre hacia los hijos. Esta habitación estará bien arreglada y decorada, de tal manera que se le brinde el honor a dicho sacramento tan sagrado como lo es el matrimonio.
  • Tratar que la familia rece unida frente a la imagen, diariamente el santo rosario. “Vigilad y orad para que no caigáis en tentación” “cuando oren decid: padre nuestro.....” Cuando la familia reza el rosario los adultos orando con los niños, los ancianos orando con los jóvenes, los sanos orando con los enfermos – contemplan la vida ejemplar de Jesús, María y José. Tanto para los padres como para los hijos, vivir esta unión concreta como familia con la Sagrada Familia significa tener un nuevo incentivo diario para amar y el respeto mutuo.
  • Finalizando el rosario, tomar las lecturas de la misa del día siguiente, escogerá la frase que le golpee el corazón de las lecturas. Esta frase tratará de vivirla intensamente al pie de la letra. Quién vive intensamente la Palabra de Dios experimentará el verdadero gozo, “cuando encontraba palabras tuyas las devoraba”.
  • Al final del rosario y las lecturas, rezarán las Letanías de la Humildad, la oración Señora y Niña mía la más pequeñas de mis hijas…y la oración a San Rafael. (Mt. 11,29).
  • Los sábados o domingos, el día que les parezca mejor, tomarán un rato para la formación del pensamiento sobre Familia, Matrimonio y Vida., según el material didáctico propuesto o con la ayuda de  información de  la página Web de las GEPC.
  • Leer, meditar y contestar las preguntas de las reflexiones correspondientes en cada tema de la  “formación del pensamiento”.
  • Abrir un espacio para expresar los sentimientos. Es necesario dar a cada persona de la familia la oportunidad de expresar sus sentimientos, todo lo que está ayudando a crecer y a desarrollarse, así como lo que está impidiendo. Para mantener la unidad y crecimiento espiritual del grupo familiar y la confianza de unos en otros y descubrir y trabajar juntos en sus problemas. Que se encomienden unos a otros sus intenciones personales para que recen por ellas. “En donde dos o más se reúnen en mi nombre allí estoy Yo”.
  • En la medida que sus obligaciones les permitan, irán a Misa todos los días. (S. Juan 6, 53-58)
  • En la medida que sus obligaciones les permitan le harán visita y contemplarán a Jesús en la Eucaristía. En una acción de gracias, adoración y súplicas por la conversión de los miembros que conforman las familias católicas y por las intenciones del Papa y las vocaciones sacerdotales. (Mt. 26,36-45) (Flp.4.6) (Mt.14,23)
  • Quien quiera y ve que su tiempo se lo permite sin faltar a los deberes del Hogar, podrán orar las Laúdes, las Vísperas y las Completas. Los viernes meditar en la Pasión de Cristo, por medio del Santo Vía Crucis.
  • Invocar frecuentemente al Espíritu Santo: que se derrame en la familia, los fortalezca y puedan dar testimonio como en Pentecostés “unidos en la oración recibieron el Espíritu Santo y fueron capaces de dar testimonio de lo que habían visto y oído”. Basta recordar los dones del Espíritu Santo- sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento, piedad y temor de Dios- para entender por qué la familia debe orar al Espíritu Santo y por qué cada uno de nosotros necesita sus dones en este tiempo particular. La familia en sí misma una comunidad de fe y amor, de esperanza y respeto mutuo, atenta a las necesidades de cada uno de sus miembros en el sentido material, espiritual y psicológico.
  • Se confesarán mínimo una vez por mes.
  • Practicar la virtud de la honestidad, sencillez, humildad, mansedumbre  y servicio.
  • Ayunarán* los viernes. (Quiénes sientan el llamado, ya que hay ciertos “demonios que sólo salen con ayuno y oración” Mc. 9,29) Pero este ayuno consistirá también en hacer conciencia de permitir al Espíritu Santo trabajar mi alma para llenarnos de su amor. El ayuno purifica, renueva la mente, la voluntad y el corazón. El ayuno ordena los dinamismos de la persona y permite que obedezcan al dinamismo espiritual y esto es una negación que implica muchas veces dolor, pero no hará una criatura nueva. Ejemplo dominaremos ciertos vicios dominantes, hablar mal de la gente, chismes, mal genio, malas caras.  Durante la semana dominaré con más facilidad ese propósito. También se puede ayunar de TV, etc.
  • *Ayuno: puede ser  comida ligera, por ejemplo fruta o ensalada. Para los niños renunciar a un dulce, así para las personas mayores.
  • Quienes sientan el llamado, formarse en el Instituto Pontificio Juan Pablo II dedicado a la formación de los laicos en el campo del matrimonio y la familia.
  • Colaboración en actividades diocesanas y parroquiales, promoviendo el rezo del Santo Rosario y la adoración al Santísimo Sacramento.
  • La cooperación espiritual o material, a modo de diezmo, para satisfacer las necesidades de los más abandonados, en el espíritu de las obras de misericordia.
  • Finalmente, quienes sientan el llamado, constituirse en familias misioneras dedicadas a rescatar a otras familias y a sus miembros más heridos.
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