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Mi hijo nació en navidad

25 de diciembre de 2014

Aquí en El Catolicismo, en la sección Familia nos escriben cartas para publicar en este tiempo de Navidad.  Les compartimos el testimonio de Eduardo Molinares Baute,…

Mi nombre Eduardo Rafael Molinares Baute, hombre de 43 años de edad, padre de dos hermosos hijos, María José la mayor con cinco años de edad y David Eduardo con dos años de edad muy próximos a cumplir, ambos llegados a nuestra familias bajo la gracia infinita de Nuestro Señor Jesucristo.

Mi testimonio es el de un hombre, que a sus 36 años, decide entonces conformar su familia, dentro ese ánimo inmenso en la búsqueda de procrear, descubre que tiene una disfunción denominada ASTENOZOOSPERMIA SEVERA, la cual consiste en un déficit de movilidad y la calidad del esperma, que en mi caso según los médicos y exámenes realizados en PROFAMILIA, eran de un porcentaje menor o inferior al 1%, inician entonces los tratamientos de fertilidad, con resultados muy dolorosos al obtener varias perdidas al momento de la gestación.

Nace del corazón y llega felizmente María José, hermosa y adorada bebe de nueve meses, luego de una serie de trámites ante el ICBF de Pasto (Nariño), el lugar menos imaginable para mí como costeño residente en ese entonces en la ciudad de Barranquilla, logrando casi que atravesar todo el país para encontrarme con mi hermosa hija. La falta de amor, comprensión y de Dios en nuestro corazones, llega con la separación de mi primer matrimonio, muy a pesar de haber recibido esa gran bendición por parte de Dios en nuestras vidas que es María José.

Decido entonces unirme con Sonia Cristina, con la cual renacen las ganas de tener más hijos, con los mismos resultados desagradables de mi primera unión, otra perdida debido a una interrupción en el proceso de gestación.

Llega en ese entonces a quien considero hoy por hoy como mi gran amigo y consejero, el Padre Jaime Arturo Román Sepúlveda, con el entendí en sus misas de sanación, acerca del poder de la oración, el poder de perdonar y pedir perdón, el poder de pedir con fe de rodillas ante Dios y la bendición inmensa de aprender a rezar en grupo el rosario solicitando la intersección de la Virgen María. Es precisamente en una de estas misas de sanación y luego de tanto pedirle al Señor que me diera un hijo, en donde estando de rodillas siento como si una descarga indescriptible entrara por mi cabeza y se concentrara en mis genitales, sudoroso y emocionado le comunico a Sonia de lo que me paso. No pasa más de un mes luego de la primera perdida en que vuelve a quedar ella de manera inexplicable en estado, llevando una gestación sin ningún tipo de problemas para un hijo varón que nacería programado por cesárea los primeros días del mes de Enero del 2013.

Pero como todo es en el tiempo de Dios y no en el de los hombres, nos presentamos a un último control prenatal en donde el ginecólogo que nos atiende decide que es tiempo de realizar el parto por cesárea y es cuando felizmente nace David Eduardo Molinares Insignares a las 4:40pm del día 24 de Diciembre de 2012 en la Clínica las Vegas ciudad de Medellín, totalmente sano, centro de atención de familiares y de las enfermeras de turno.

Hoy por hoy, soy bendecido y tengo la fortuna de tener a mis dos hijos totalmente sanos y felices, con un hogar fortalecido en una fe en Jesucristo y la Virgen, que descubre día a día cuan poderoso es nuestro Señor y las obras que hace en nosotros cuando nos sabemos entregar de corazón en la Fe divina.

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