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Dejarse llevar por el Espíritu llena el alma de alegría

13 de abril de 2016
Dejarse llevar por el Espíritu llena el alma de alegría

En la homilía diaria en Santa Marta, el Papa habla de la necesidad de ser dóciles a las palabras que el Santo Espíritu nos diga, a las acciones que nos sugiera, a la…

Para el Papa la "fidelidad a la ley" puede ser infidelidad a la llamada del Espíritu Santo. No hay que escudarse en las normas para evitar cumplir con el llamado de Dios.

El Papa recuerda que la resistencia al Espíritu es un drama, tal como lo vivieon en la época apostólica y los corazones terminaron cerrados, duros, tontos: “Veíamos las cosas –la sanación del cojo hecha por Pedro y Juan en la Puerta del Templo; las palabras y las cosas grandes que hacía Estaban… — pero se quedaron cerrados a estos signos del Espíritu y han mostrado resistencia al Espíritu. Y buscaban justificar esta resistencia con una llamada fidelidad a la ley, es decir, a la lectura de la ley”.

Hoy –ha observado el Santo  Padre– la Iglesia nos propone lo opuesto: no la resistencia al Espíritu, sino la docilidad al Espíritu, que es precisamente la actitud del cristiano. “Ser dócil al Espíritu y esta docilidad hace que el Espíritu pueda actuar e ir adelante para construir la Iglesia”, ha exhortado.

Por otro lado ha aseverado que aquí estaba Felipe, “ocupado como todos los obispos y ese día seguramente tenía sus planes de trabajo”. Pero el Espíritu le dice que deje lo que tenía programado y vaya donde el etíope, “y él obedeció”. Y ha añadido que el Espíritu “trabaja en el corazón del etíope”, le ofrece “el don de la fe y este hombre sintió algo de nuevo en el corazón”. Finalmente pide ser bautizado, es dócil al Espíritu Santo.

Dos hombres –ha explicado el Papa– un evangelizador y uno que no sabía nada de Jesús, pero el Espíritu había sembrado la curiosidad sana y no esa curiosidad de los chismorreos. Al final el etíope sigue su camino con alegría, “la alegría del Espíritu, la docilidad al Espíritu”.

Así, ha asegurado que la docilidad al Espíritu es fuente de alegría. “Pero yo quiero hacer algo, esto… Pero siento que el Señor me pide otra cosa. ¡La alegría la encontraré allí, donde está la llamada del Espíritu!”, ha exclamado el obispo de Roma en su homilía.

 

(Imagen: Centro Televisivo Vaticano)

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