Jornada mundial de oración por la santificación de los sacerdotes

El signo por excelencia del amor de una comunidad por su pastor es la oración que hace por Él. Los presbíteros necesitamos de la oración del pueblo. Recordemos como el Papa Francisco pide frecuentemente a las personas que encuentra que recen mucho por él, pues lo necesita.

Es verdad, todos nosotros necesitamos de la oración del Pueblo de Dios. Hemos de pedir para los pastores la santidad. Que se santifiquen el ejercicio del ministerio, que la tarea que han recibido del Señor nunca se convierta en una carga gravosa, sino que sea vivida como ocasión continua de identificación con Cristo. Que cada día ejerzan su ministerio más plenamente según el espíritu y el estilo de Jesucristo, el Buen Pastor, que su corazón esté habitado por los mismos sentimientos del corazón de Cristo, que su consagración al servicio del pueblo de Dios sea vivida como una ofrenda continua de amor.

En el mundo de hoy son muchos los que no valoran adecuadamente la figura del sacerdote e incluso la desprecian. Los medios de comunicación parecieran complacerse en amplificar y divulgar las caídas de los sacerdotes. Esto, en no pocas ocasiones, genera desconcierto o, a veces, la indignación  de los feligreses que sienten injustamente tratados a sus sacerdotes.   Razón de más para orar por nuestros sacerdotes para que en el mundo fuertemente secularizado de hoy mantengan viva la conciencia del don y del misterio maravilloso de su vocación y, asimismo, sepan afrontar la incomprensión y el desprecio del mundo con auténtico espíritu de fe, haciendo de todo esto, parte de la ofrenda sacerdotal de su vida por la salvación de todos.

En algunas ocasiones estas críticas pueden estar fundadas e incluso ser constatables por los mismos feligreses.  También ahí el remedio primordial es la oración. Suplicar al Señor para que aquellos ministros que se han apartado de su fidelidad a Cristo puedan reconocer sus errores con humildad y retomar la vida de una senda santa.

También nuestra oración por los sacerdotes ha de estar impregnada de gratitud por sus virtudes y por el servicio que nos hay prestado. Hay diversas oraciones que pueden ayudarnos a vivir esta jornada de oración por la santificación de los sacerdotes. Sólo a modo de ejemplo, transcribo la siguiente, especialmente apropiada por dirigirse en su día al Corazón de Jesús.

Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño, te rogamos que por el inmenso amor y misericordia de Tu Sagrado Corazón, atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes.

Te pedimos que retomes en Tu Corazón todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino, que enciendas de nuevo el deseo de santidad en los corazones de aquellos sacerdotes que han caído en la tibieza, y que continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes el deseo de una mayor santidad.

Unidos a tu Corazón y el Corazón de María, te pedimos que envíes esta petición a Tu Padre celestial en la unidad del Espíritu Santo. Amen.

Puede ayudarnos también en esta jornada que oremos de forma especial por los sacerdotes a quienes hemos conocido más de cerca, por nuestros párrocos, por los sacerdotes que nos han edificado particularmente con su ejemplo, por aquellos que nos han administrado los sacramentos o que han sido nuestro confidentes en los momentos difíciles.

Pedro Manuel Salamanca Mantilla, Pbro.