Las campanas de Mosul volvieron a sonar

Después de que las fuerzas de seguridad iraquíes y los combatientes kurdos, apoyados por fuerzas internacionales retomaron diferentes ciudades y pueblos alrededor de…
Una visita cargada de “tristeza y sufrimiento” por la destrucción que provocó el Estado islámico (EI), pero también de “gran esperanza” y de un sentimiento de “espera”, aguardando el retorno inminente y el inicio de una “nueva reconstrucción”, señaló el patriarca caldeo, Louis Raphael I Sako, tras realizar una visita por las localidades de la Llanura del Nínive que rodean Mosul, y que días atrás fueron liberadas por el ejército iraquí y las milicias kurdas. En algunos de estos pueblos, las campanas de las iglesias han vuelto a sonar por primera vez después de más de dos años.
Estas son ‘nuestras tierras’ y estamos dispuestos a regresar”: Louis Raphael I Sako
A medida que las tropas iraquíes avanzan hacia Mosul, aumenta el flujo de desplazados. "Hay un aumento bastante espectacular de los desplazados en los últimos días", declaró Karl Schembri, del Consejo Noruego para los Refugiados.
"Las tropas iraquíes avanzan en zonas cada vez más pobladas y por lo tanto hay más desplazados", agregó. El jueves, el Ministerio iraquí de Migración y de Desplazados anunció que había acogido a más de 11.700 desplazados desde el inicio de la ofensiva.
Los desplazados cuentan el sufrimiento diario bajo el régimen brutal del ISIS. Algunos han podido reencontrarse con familiares que no veían desde que el ISIS se apoderó de Mosul en junio de 2014.
El patriarca caldeo visitó, acompañado por el obispo auxiliar Basel Salim Yaldo, las ciudades de Bartella, Karmles, Qaraqosh, Teleskof, Baqofa y Batnaya cuyos habitantes –casi todos cristianos– habían huido ante el avance de las milicias yihadistas, y que ahora, la mayoría de ellos, viven como refugiados en el Kurdistán iraquí.
El primado de la iglesia caldea constató en persona las devastaciones que sufrieron estas poblaciones durante la ocupación yihadista, incluidos los túneles y refugios subterráneos escavados en los edificios de culto cristianos que habían sido ocupados como bases logísticas de las milicias del Daesh. Algunas zonas de las ciudades visitadas están cerradas y no se puede acceder debido a las minas anti-persona colocadas por los yihadistas antes de su retirada.
En cada una de las iglesias que visitó, el patriarca rezó para pedir que regrese la paz y la estabilidad en la región. Con su visita, el patriarca quiso recordar que las ciudades liberadas en el pasado estaban habitadas por cristianos, expresando su esperanza de que regresen pronto los bautizados a las ciudades de la Llanura de Nínive, definidas por el patriarca como “nuestra Tierra Santa”.
(imagen: feednoticias.com)
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