Orar por los consagrados a la vida contemplativa y de clausura

Hoy viernes 21 de noviembre en la que se hace memoria litúrgica de la Presentación de la Virgen María, la Iglesia Católica celebra la Jornada Pro Orantibus, un día para…
Esta es una de las fechas más destacadas en la Iglesia Católica, que fue constituida por Pío XII el 21 de noviembre de 1953 y está dedicada a todos los religiosos de clausura del mundo.
El Papa Francisco recordó esta Jornada desde el pasado miércoles 19 de noviembre, al final de la audiencia general en la Plaza de San Pedro “Demos gracias a Dios por los religiosos de clausura”. A propósito, el próximo año 2015 estará dedicado a la Vida Consagrada por deseo explícito del Papa Francisco.
El Santo Padre dijo que este año de la Vida Consagrada “es una ocasión oportuna para agradecer al Señor por el don de tantas personas que, en los monasterios y en las ermitas, se dedica a Dios en la oración y en el silencio activo, reconociéndole aquella primacía que sólo a Él le corresponde”.
“Demos gracias al Señor por los testimonios de vida claustral y no les hagamos faltar nuestro apoyo espiritual y material, para cumplir esta importante misión”, concluyó.
Unidos en oración de acción de gracias a los monasterios de clausura
Hoy es un día para orar a favor de los religiosos y religiosas de vida contemplativa, como expresión de reconocimiento, estima y gratitud por lo que representan, su labor evangelizadora desde la oración y el gran patrimonio espiritual de sus comunidades en la Iglesia.
Los monjes y monjas de clausura recuerdan a nuestro mundo, muchas veces centrado en lo material, la prioridad de Dios sobre todas las cosas y anuncian, de una manera gráfica y llamativa, que el Reino de Dios ya comienza a despuntar. Ellos y ellas mantienen una misteriosa comunión con todos los que trabajan para que la
Humanidad llegue a ser lo que Dios quiere. Ahora nos toca a nosotros aprender de su testimonio y orar también por los monjes y
monjas.
La jornada "Pro Orantibus" se aprovecha por un lado para dar a conocer la vocación específicamente contemplativa (la de los monjes y monjas de clausura, muchas veces incomprendida, pero tan necesaria en la Iglesia) y , por otra parte, las iniciativas pastorales que están dirigidas a promover la vida de oración en las
diócesis y parroquias; dando ocasión así a los fieles, donde sea posible, para que participen en las celebraciones litúrgicas de algún monasterio y se aproximen con ello a la vida de estos lugares de paz y encuentro con Dios.
Se hace hoy, además, un llamado a la generosidad de los fieles para que ofrezcan donativos y ayuden a los monasterios de clausura más necesitados.
Fuente Disminuir
Fuente



