¿Quién persigue a la Iglesia en Chile?

Este año se han incendiado seis templos católicos y dos evangélicos en el sur de Chile, esta violencia se asocia al conflicto ancestral que existe entre el Estado y el…
El padre Joaquín Alliende, expresidente de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS) ha expresado que “cuando la discriminación comunitaria, política y racial rompe sus ya dramáticas fronteras y cae en el enfrentamiento religioso, se conculca lo más neurálgico de las culturas y de las naciones”.
En una carta publicada en el diario El Mercurio, el sacerdote señala que “lo de La Araucanía ya había llegado a la zona del asesinato cruel de personas inocentes”, en referencia a la muerte del matrimonio de Werner Luchsinger y Vivianne Mackay, asesinados en enero de 2013 tras un ataque incendiario al fundo donde vivían.
“Eso ya era una profanación brutal del templo vivo que es cada persona humana. Ahora, quemar templos es dinamitar lo más profundamente humano de lo humano, y será así más fácil que se cometa toda suerte de crímenes y tropelías”, agrega.
Algo de historia
Cristián Parker, doctor en sociología de la religión en América Latina, graduado en la Universidad de Lovaina, aseguró que los ataques a las iglesias en la zona de La Araucanía en el sur de Chile se entienden dentro de un contexto histórico y “no como un problema local sino como un trasfondo entre el pueblo mapuche y el Estado”.
Parker explicó que existe “una deuda histórica que el Estado y los gobiernos no han sabido enfrentar” ya que los mapuches reclaman derechos sobre la tierra donde habitan, algo que es importante para su cosmovisión porque a través de ella “buscan la armonía del hombre con la naturaleza”.
El sociólogo refiere que cuando los mapuches fueron derrotados en 1880 se les confinó a reducciones en medio de diversas irregularidades en la repartición de las tierras, una situación que desde entonces buscan revertir.
Además, algunos de los miembros más radicales de este pueblo consideran que la Iglesia es parte del Estado.
Hace unos días, monseñor Fernando Chomali, arzobispo de Concepción, arquidiócesis a la que pertenece una de las capillas incendiadas en este año, lamentó los ataques y exhortó a “decir no a la violencia” para “abrir caminos de diálogo”.
El Arzobispo llamó a “generar mayores y más reales lazos con el pueblo mapuche, porque es la zona más deprimida de Chile. Los habitantes son personas que han tenido escaso acceso al desarrollo del cual nuestro país se jacta”.
“Si las personas que hicieron este lamentable atentado, que no apruebo bajo ningún punto de vista, hubiesen tenido educación y oportunidades de trabajo, no estarían en esto”, resaltó.
(imagen: soychile.cl)
Fuente Disminuir
Fuente



