Un momento mágico
La gente vive pensando que primero debe conseguir el éxito para llegar a la felicidad. Pero cuando se consigue una meta, rápidamente aparecen otras y la felicidad se…
Cuando queremos llenarnos de cosas nuestros vacíos son cada vez más grandes, nuestra vida debe saber llenarse de lo más esencial; cuando nos encontramos con nosotros mismos nos damos cuenta que son pocas las cosas que en verdad necesitamos para ser felices.
David Fico, estudiante de informática cuenta de un momento mágico que vivió en Navidad.
"Fue el segundo día del nuevo año 2016 y finalmente comenzaba a nevar en Bratislava. ¡Qué forma tan agradable de empezar el nuevo año! Era dos días antes de mi examen final de programación de software, así que ¿qué otra cosa podía hacer? Decidí ir a patinar con mi hermana de 7 años. Y entonces sucedió algo extraordinario... al menos para mí. Era como una escena de la película Sister Act.
Más de diez monjas aparecieron sobre la pista y empezaron a patinar sobre el hielo. Era divertido y extraño al mismo tiempo. Me sentí... no sé cómo describir ese sentimiento. ¿Y qué fue realmente lo que me impactó más? Que todas eran felices. Pude sentir la felicidad que emanaba de ellas. ¡Disfrutaban el momento, patinando sobre hielo, unas con otras... y todas eran realmente guapas!
Una de las religiosas empezó a hacer patinaje artístico. Era muy bonito y mi hermanita le pidió que le enseñase a hacer alguna figura. Todo el mundo las miraba... Pero ¿por qué? Porque no se esperaba ver monjas sonriendo y riendo y siendo felices con sus vidas. Y esto es realmente lo que me impactó. Ese sentimiento de pura felicidad que brillaba en ellas."
Llevar una vida religiosa no es signo de tristeza y amargura, porque quienes eligen la vida religiosa por vocación son las personas más felices del mundo, renuncian al mundo, esto no significa que se desentienden del mundo, sino de los afanes materiales al que el mundo les invita, porque han encontrado su camino y han tenido la valentía y el coraje de dejar todo lo demás tras de sí. Se dan cuenta que no sólo viven más si son felices y dan gran parte de su vida por los demás, también se encuentran bien, se sienten en perfectas condiciones. Pueden hacer más cosas, durante más tiempo y más rápidamente. Están más sanas y son más productivas.
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